Las baterías recargables, también conocidas como pilas secundarias o acumuladores, son un tipo de batería eléctrica que se puede cargar, descargar en una carga y recargar muchas veces. A diferencia de las células primarias, que solo se pueden usar una vez después de que las reacciones químicas las hayan hecho morir por las sustancias productoras de corriente, estas secundarias se pueden reciclar mediante la carga para restaurar su capacidad de almacenamiento de energía. Debido a esta característica, son muy convenientes y rentables para su uso en cosas como teléfonos móviles (celulares), computadoras portátiles o vehículos eléctricos que necesitan fuentes de alimentación regulares.

La tecnología de las baterías recargables se basa en cambios químicos reversibles que tienen lugar en el interior de cada celda. Cuando una corriente eléctrica externa pasa a través de la celda durante la carga, hace que estas reacciones se inviertan, convirtiendo la energía química nuevamente en diferencia de potencial eléctrico a través de los electrodos y, por lo tanto, almacenándola como carga dentro del dispositivo. En el momento de la descarga, esta energía almacenada se vuelve a ceder para proporcionar electricidad a los dispositivos conectados.

Las baterías de iones de litio (Li-ion), de níquel-hidruro metálico (NiMH) y de plomo-ácido se encuentran entre los tipos de baterías recargables más utilizados porque ofrecen varias ventajas en términos de rendimiento y áreas de aplicación.

La popularidad de las baterías recargables ha aumentado principalmente debido a sus beneficios ecológicos, así como a su eficiencia económica. Al permitir múltiples reutilizaciones por ciclo de vida del artículo, reducen drásticamente el número de unidades que deben producirse y eliminarse, minimizando así los impactos ambientales asociados con la gestión de residuos para las celdas gastadas. Además, al hacer posible que los usuarios carguen y descarguen repetidamente dichas fuentes de energía a lo largo del tiempo, esto reduce los costos generales incurridos por individuos o empresas, por lo tanto, se convierte en una opción más atractiva, por ejemplo, para dispositivos electrónicos portátiles modernos donde sirven no solo como celdas primarias, sino también como energía de respaldo cuando más se necesita durante los apagones, etcétera.